Jacques Grieu * Francia
MADRUGADA
A la hora del alba, cuando el cielo se desgarra,
Apenas despierta el día cuando la sombra se retira,
Las estrellas se desvanecen, perdiendo su brillo,
Y el rocío sobre la hierba es un espejo que se desvanece...
Amo esta hora borrosa en la que todo parece vacilar,
Donde el mundo, poco a poco, empieza a pensar de nuevo...
Decidir cuándo levantarse es una tarea arriesgada;
Es la promesa de un día en el que cualquier cosa puede pasar.
El que se levanta tarde encuentra breve la mañana
Y de mal humor contra el tiempo, se levanta.
Por tanto, el futuro pertenece a quienes se caen de la cama. …
¡Pero sobre todo por la mañana!
¡Y no después del mediodía!
Quien duerme muy mal por la noche, agradece la mañana.
¿Necesitas insomnio para saborear el “mañana”?
“Pero el que ríe por la mañana, por la tarde llorará”;
Tienes que medir tu ardor y quedarte “por debajo de eso”.
Las palabras de la mañana suelen tener un olor.
Que por la noche pierden en menos buenas intenciones.
La euforia de las madrugadas no siempre indica
El destino de los días siguientes a su discurso.
Madrugar, vale, nos damos tiempo;
¡Pero llegar a tiempo no es seguro!
La noticia es breve, existe por la mañana,
Pero que, cuando llega la noche, ya no vale nada.
¿Estamos seguros todas las noches al levantarnos por la mañana?
¿Qué ha hecho esta noche en nuestros caminos?
Por tanto, es descubrir que ponemos el pie en la tierra.
Curiosidad por un día que va a ser un misterio...